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martes, 2 de febrero de 2010

Política social. Queridos Reyes Magos...

No es tarea fácil definir una política social justa y equitativa, y hay que hacer muchos números.

Se trata de generar ingresos suficientes para mantener nuestra propia vida activa de mayores.

Son realidades que cada vez nacen menos niños y que la esperanza de vida se alarga. Igualmente que las nuevas generaciones se preparan durante más tiempo (académicamente) y/o pueden permanecer en sus casas hasta edad más tardía (gracias al nivel de vida de los padres, que pueden mantenerles).
Los inmigrantes que actualmente cotizan a la seguridad social, tienen hijos (incluso con índices de natalidad más altos).

Primero de todo, diría que tendría que computar toda la vida laboral, para que individualmente se reciba según se ha contribuido, además de considerar el número de años trabajados y no sólo la edad.

¿Cuáles son las razones del descenso del 40% del saldo positivo de las cuentas de la Seguridad Social a cierre del 2.009 con respecto al año 2008? ¿El incremento de paro?
¿Qué empresas van a estar dispuestas a mantener en sus plantillas personal de 67 años, con salarios que se supone habrán evolucionado con el paso de los años y adquisición de experiencia? Y no estoy pensando sólo en prejubilaciones para las que se les obligara a correr con los gastos a las empresas, sino en EREs (también los encubiertos) que dejen a muchas personas en edad más madura en situación de paradas. Con las prejubilaciones, ¿queda un puesto vacante a cubrir?
Por tanto, otro factor a considerar para la prestación a cobrar debería ser el % de parados, o mejor aún, la evolución de la capacidad de generar trabajo del país.

También habría que analizar la evolución del “en qué se trabajará” según se vaya avanzando en edad (una especie de “plan de carrera” para la desvinculación laboral hasta la jubilación).

También pienso en cómo se podría aplicar la ley según la tipología de trabajo –desde bomberos y policías, a albañiles y carpinteros, pasando por oficinistas en todas sus jerarquías y variedades-, ya que aunque la esperanza de vida se alargue, no significa que los años no pasen factura y las facultades (para muchos trabajos físicas) se vayan deteriorando. No puede ser “café para todos”, pero sí tiene que ser justo y equitativo.

¿Cuáles son las propuestas para disminuir el fraude social?
Por último, no parece que alguna vez se hable de propuestas que afecten a los políticos y a su pensión vitalicia.

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